9-6-2003 Como hoy se cumple una semana desde que el Pionero fue botado y aún no ha dado señales de vida, hemos recurrido a dos astreadores y tras comunicarles la dirección donde fue depositado el Librototal y el aspecto de este, se han lanzado en su busca. Como astreadores no pueden cambiar de lugar el volumen, pero sí informar de su situación y realizar el asiento en el Cuaderno de Bitácora. ¿Se encontrará el Pionero todavía olvidado en la biblioteca? ¿Habrá sido arrojado a la basura por algún enemigo de la lectura o ya habrá iniciado su singladura encontrando un nuevo arinero sin posibilidades de conectarse a la red? El tiempo lo dirá. La aventura continua.

16-6-2003 ¡Calma chicha! ¡Calma total! ¡No sopla ni un poco de brisa! Tal vez por ello nuestro Pionero permanezca varado en la biblioteca. La inquietud empieza cundir entre la tripulación. Marcos y Sergio, nuestros dos astreadores, permanecen alerta, pero comienzan a desesperarse. Como astreadores no están autorizados a cambiar el rumbo del Pionero. Han cumplido su misión de leer el libro, realizar su aportación en el cuaderno de bitácora y de nuevo lo han devuelto al lugar donde había sido botado por María, la apitana. Ahora solicitan urgentemente la colaboración de un nuevo tripulante, precisan la intervención de un iloto, solo él está autorizado para cambiar el destino del navío aventurero, buscando un lugar mejor y un marinero que garantice la continuidad de la aventura.La tripulación al completo sabe que no va a resultar tarea fácil. Aparentemente el lugar escogido por la apitana, una biblioteca, parecía adecuado para comenzar la aventura. Ninguno de ellos había previsto semejante catástrofe. Hoy ya conocen la cruda realidad, la trágica verdad, los niños apenas visitan las bibliotecas, por ello nuestro Pionero permanece embarrancado a punto de perecer. ¿Encontraremos un piloto avispado que nos libre de la catástrofe? ¿Continuará la fatal aventura del Pionero o estamos presenciando sus últimos minutos de vida? Empezamos esta travesía con emoción y alegría, sin embargo el pesimismo recorre la cubierta del Pionero, minando la moral de la tripulación. Así a todo, debemos mantener la esperanza; ahí afuera debe encontrarse el Piloto adecuado, el que consiga encontrar un niño dispuesto a embarcarse en esta trepidante aventura que requiere mucho valor y constancia. ¡Ojalá pronto recibamos noticias de nuestro Pionero! ¡Ojalá estás sean positivas! Aguardamos con el corazón en un puño.

24-6-2003 Por fin se ha levantado una ligera brisa que comienza a elevar el decaído espíritu de la tripulación. Un nuevo miembro se ha enrolado. Afortunadamente, una iloto, que responde al nombre de Marta, se ha unido a la aventura. Ha tardado en aparecer contribuyendo con ello al desánimo de los tripulantes. Afortunadamente nuestras plegarias han sido escuchadas y ahora nuestros corazones rebosan esperanza. Es el iloto un personaje fundamental para la continuidad de esta singladura. Sobre sus hombros reposa la responsabilidad de arrancar de las fauces de la arena de la biblioteca nuestro navío varado. No es tarea baladí la que le aguarda a este nuevo miembro de la tripulación. En los próximos días deberá leer esta historia viajera, realizar su fundamental aporte en el Cuaderno de Bitácora y tras esto... lo más importante: trazar el rumbo que a partir de ahora seguirá el libro aventurero. La decisión es difícil. ¿Cuál será el lugar correcto donde ubicar una vez más el barco? ¿Dónde hallaremos la cantidad precisa de intrépidos marineros dispuestos a embarcarse en la aventura?. Marta nos ha expuesto sus inquietudes y dudas. Hasta el momento, sorprendentemente, una biblioteca se ha revelado como un espacio inútil para la navegación. Los marineros no pueblan este lugar, en contra de lo que habíamos pensado. Las clases han concluido así que los centros de enseñanza están cerrados y tampoco en ellos parece haber un ambiente adecuado para que abunden los marineros. La tarea se presenta más que ardua. ¿Dónde hallar un lugar propicio para reflotar la aventura? Lo ignoramos. Desde el Libro de Ruta vigilamos el océano en busca de aguas cálidas y favorables a la navegación, pero hasta ahora no hemos sabido encontrar el camino. Tal vez tu puedas ayudarnos. ¿Conoces el paraíso idílico de niños ansiosos por lanzarse a la aventura de los libros? Si es así, no nos abandones a nuestra suerte, ten piedad de esta tripulación embarcada desde hace más de veinte días y al borde del abismo.
   Todas nuestras esperanzas están puestas en la nueva iloto, Marta. Ansiamos que su habilidad marinera consiga salvarnos. A pesar de tantas tribulaciones, nadie está dispuesto a tirar la toalla. Navegaremos sea como sea, nos enfrentaremos a tantos problemas y peligros como desee el destino y si estamos unidos, seguro que alcanzaremos la victoria. Jamás decaerán por completo nuestros ánimos. Aguardamos el rumbo que fijará Marta para entonces poder gritar a pleno pulmón: ¡Tripulación! ¡Avante a toda vela!