El CCQC es un extraño bar, nacido bajo la presión de la crisis económica, en el que se ofrecen unas extrañas tapas gracias a las cuales las mentiras se convierten en verdad. Mari y Borja son una pareja de novios que acuden a disfrutar de los servicios de CCQC, aunque no quedarán muy satisfechos.
Personajes:
Pilarín- Cajera del CCQC.
Lolo- Nuevo camarero del CCQC.
Borja- Joven menudo y apocado, cliente de CCQC.
Mari- Novia de Borja.
Iguales ante la ley en el CCQC
POR MILA OYA
Acto único
Nos encontramos en el CCQC, un bar con varias mesitas, una caja registradora a cargo de Pilarín y en mitad del escenario, un montón de cajas apiladas que simulan un extraño artefacto en el que se halla colgada una pizarra típica de local de hostelería que reza: “CCQC” y debajo, “Hoy: Igualdad ante la ley”.
Pilarín permanece tras la máquina registradora, rígida, alerta y sin sacarle ni un instante la mirada de encima.
Entra apresuradamente una pareja. Son Mari y Borja. Se detienen en seco y observan sorprendidos el local. Ambos llevan en las manos unos folletos sobre el bar.
Mari-(Con desprecio) ¿Y este es el famoso CCQC? Parece un bar corriente y moliente.
Borja- Te digo que no. ¡Qué es lo último de lo último! ¡Es justo lo que necesitaba! ¡Lo que necesitábamos!
Mari- ¡No me digas que ya has pagado algo! ¡No me digas que esto es una estafa y tú el estafado!
Borja- ¡No! Todavía no he pagado nada. (Consultando el folleto) Aquí no vienen las tarifas.
Mari- (Observando el local y a Pilarín que no ha movido ni un músculo y ni siquiera los ha mirado) Deberíamos largarnos cuanto antes. Este local da miedo. Ya el nombre no anima a quedarse. ¡CCQC! ¡Qué demonios significa eso!
Borja- (Consultando el folleto) Lo pone por aquí.
Mari- (Lo coge del brazo e intenta sacarlo del bar) Todo esto me da muy mala espina. ¿Viste la pareja que nos cruzamos al entrar? No parecían muy satisfechos. ¡Venga, salgamos de aquí cuanto antes!
Borja- (Se libra de la mano de su novia) ¡No! ¡Por favor, no seas así! Esto es importante. ¡Quedémonos, por favor! ¡Por favor! No te arrepentirás. ¡Te lo aseguro! ¡Es una gran oportunidad! ¡Por favor!
Mari-(Se lo piensa un momento) ¡Está bien! Nos sentaremos un ratito en una mesa, a ver cómo va el asunto. Pero te advierto: si veo algo raro nos largamos inmediatamente.
Borja- (Aliviado y feliz) Ya verás como esto cambia nuestra vida. (Mari arruga la nariz dudando de las palabras de Borja) ¡Va a ser fantástico! ¡Qué emociónate! ¡Ya lo verás!
Mari- (Sin dar crédito) Si tu lo dices.
Ocupan una de las mesas. Pilarín sigue escrutando la registradora sin prestarles atención. Borja busca con la mirada al camarero mientras Mari echa un vistazo al folleto del bar.
Borja- A ver si viene alguien a atendernos.
Mari- (Atenta al folleto publicitario) ¡Todo esto suena absurdo! ¡Este negocio es una verdadera chorrada!
Borja- ¡Qué no! ¡Te equivocas! CCQC es una franquicia.
Mari- Y eso qué. Ni que no hubiese franquicias que son una chorrada.
Borja- Pero funcionan. Todo el mundo lo sabe. Por eso aparecen por todas partes como setas.
Mari- No estarás pensando en dejar el almacén, ¿verdad? ¡Es que te temo!
Borja-¡Nada de eso! Estamos aquí como clientes. He pensado durante toda la noche mi petición.
Mari- Miedo me das.
Borja- ¡Nada de eso! Te prometo que después de hoy todo nos va a ir bien.
Mari- (Lo mira dubitativa) ¿Es que acaso piensas que gracias a este CCQC te van a subir el sueldo? No veo que de otra manera nos vayan a ir mejor las cosas.
Borja- No. No es eso. Es…
Entra entonces precipitadamente un camarero todavía arreglándose el uniforme. Toma rápidamente una bandeja y corre a atender a los clientes.
Lolo- ¡Hola, buenas tardes! ¡Lolo para servirles! (Se endereza, saca pecho con aire militar y comienza a repetir la frase de la pizarra) ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡Todos somos iguales ante la ley! Repitan conmigo, por favor: ¡Vamos! ¡Everybody! ¡Todos somos iguales ante la ley!
Borja- (Obedece sin rechistar) ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- (Está atónita) ¡Cállate! ¡Qué pareces tonto! (Borja se calle de inmediato, pero el camarero todavía repite una vez más la cantinela) ¡Y usted también cierre el pico, por favor! (Malhumorada) ¿Qué locura es esta?
Lolo- ¡Es su pedido, señorita! (Se vuelve y señala la pizarra)
Mari- ¿Tú has encargado esto? (A Borja)
Borja- ¡No! ¡Claro que no! A mi que importa eso de la ley. ¡Mi petición es más importante! ¡Mucho más!
Lolo- ¿Entonces no son ustedes los del encargo del día?
Mari- ¡Por supuesto que no! Nosotros acabamos de llegar. Tal vez la pareja que salía cuando hemos entrado. Se ve que tardaron ustedes en atenderla. (Mira a Borja y musita) El servicio no es muy bueno.
Lolo- A mí me han contratado ayer. Soy nuevo en el empleo y todavía no domino bien el procedimiento. Eso que me he estado estudiando toda la tarde del domingo el folleto. (Lo saca del bolsillo y se lo muestra)
Mari- (Ella muestra el suyo) Nosotros también tenemos uno y no aclara demasiado.
Borja- ¿Puedo hacer entonces mi petición?
Lolo- (Ojea el folleto dubitativo) Pues no sé muy bien cómo va esto. A mí me habían indicado que (recita) ¡Todos somos iguales ante la ley! , era el lema que me tocaba repetir hasta mañana.
Borja- (Molesto) ¡No pude ser! ¿A quién le importa ese lema? ¡Menuda chorrada! ¡Yo quiero hacer mi petición!
Lolo- (Recita en posición marcial) ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡Ya le hemos oído! ¿Es que tiene que seguir así todo el rato repitiendo eso como un loro? (Molesta)
Lolo- Es lo que me han ordenado, señorita, y no está la cosa para que le echen a uno a la calle. No sabe lo que me ha costado encontrar este empleo. ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡Come on everybody! ¡Todos somos iguales ante la ley!
Borja- (Llevado por el ímpetu del camarero comienza a repetir el lema del día) ¡Todos somos…
Mari- (Lo interrumpe malhumorada) ¡Cierra el buzón, bobo, más que bobo! ¿No ves que ese no es tu lema y van a terminar cobrándonoslo a nosotros? (Borja se tapa la boca rápidamente con las manos)
Lolo- Tal vez pueda añadir su petición a la que me ordenaron. ¿Qué les parece? Atendería a los dos encargos a la vez y así todos satisfechos. ¡Todos somos iguales ante la ley!
Borja- (Ilusionado) ¡Es genial! ¡Es perfecto! (Se levanta, libera al camarero de la bandeja que deja en la mesa y le da la mano efusivamente) ¡Muchísimas gracias! No sabe cuánto se lo agradezco.
Mari- ¡Siéntate, por favor! ¡Qué me estás poniendo de los nervios! (Murmura entre dientes) Todo esto es una chaladura sin sentido. ¡No termino de verlo! (Al camarero) ¿Seguro que este negocio no es un engaña bobos y nosotros los primos a los que desplumar?
Lolo- ¡Pero si es una franquicia!
Mari- Y dale con la franquicia. Ni que eso fuese palabra de dios.
Lolo- Es de esos negocios que proliferan con la crisis. Está ya en todas las ciudades importantes.
Mari- O sea, que roban a bobos sin discriminación por origen, vaya.
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡Todos somos iguales ante la ley! Perdónenme, pero debo seguir al pie de la letra las indicaciones de lema del día.
Borja- Pero no me dijo que añadiría el mío.
Lola- Sí, tan pronto me lo diga, lo incorporo. ¿Le parece bien así?
Borja- (De nuevo ilusionado) ¡Me parece fantástico! Mi lema es…
Mari- ¡Chitón! Ni se te ocurra abrir la boca hasta que yo tenga claro cuánto nos va a costar la bromita. Ya sabes que no estamos para gastos y menos si queremos casarnos este año. Porque queremos, ¿verdad?
Lolo- ¡Claro que sí, palomita! ¡Claro que queremos! Y por eso estamos aquí. Será de gran ayuda para nuestra vida futura.
Mari- (Lo observa dubitativa, pero se vuelve al camarero) ¿Y el precio? En el folleto no se dice nada.
Lolo- ¿No? ¡Todos somos iguales ante la ley! (Mira el folleto) Pues tiene razón. ¡Todos somos iguales ante la ley! (Se vuelve y observa el artefacto del que cuelga la pizarra) Me advirtieron que solo en caso de máxima urgencia molestase al jefe. (Musita señalando las cajas apiladas)
Mari- (Murmura a su vez) ¿Es que su jefe está ahí dentro?
Lolo- (En alto) ¡Todos somos iguales ante la ley! (Murmurando) Eso parece. (Vuelve a elevar la voz) ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡Qué cosa más extraña! ¿Por qué un jefe se prestaría a estar encerrado en semejante cacharro?
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¿Sí? ¡Ya me suena, ya!
Lolo- Es que es una franquicia.
Mari- No me diga más. ¡Es una franquicia!
Lolo- Pero si molesto a mi jefe es posible que me despida. Ya sabe cómo están ahora las cosas con los despidos. Es quedarte quieto un segundo para rascarte un grano en la nariz, y ya te despiden. ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡Qué me va a contar! Que soy cajera de supermercado y me temo que pronto me echarán a la calle. ¡Y queremos casarnos!
Borja- Nuestro lema es para ayudarnos en nuestra vida futura.
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! Pues muchas felicidades. Les deseo una larga vida juntos y plena. ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡Muy amable de su parte! ¿Por qué no le pregunta a su compañera? Tal vez conozca las tarifas. Al fin y al cabo es la cajera, ¿no?
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡No! A mi compañera no se la puede molestar. ¡Todos somos iguales ante la ley! ¿No la ve que no aparta la mirada de la caja registradora? Es para no perder el empleo. Por eso se agarra al puesto con fuerza. Antes era economista en una empresa importante. Tiene dos hijos y un marido en el paro. ¡Todos somos iguales ante la ley! Como ve su situación es desesperada.
Mari- Sabe usted mucho de su vida para ser su primer día de trabajo.
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! Sí. Todo esto lo ha escrito en un folleto que está pegado en las taquillas, es para que nadie la moleste. ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- Pues sí que están las cosas mal. Pues lo siento mucho, pero tendrá que preguntarle al señor Goebbels sobre las tarifas. No quiero llevarme después una sorpresa desagradable. Desde el asunto de las estafas de los bancos, no hago nada sin leer mil veces antes la letra pequeña. No vaya a ser que terminemos viviendo debajo de un puente como otros muchos.
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! Hace usted, pero que muy bien. ¡Todos somos iguales ante la ley! Mi jefe no es el señor Goebbels.
Mari- ¿Ah, no? Pues aquí (En el folleto) lo menciona.
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! Es el inspirador de la idea. Se basa en los 11 famosos principios de la propaganda de Goebbels. ¿Saben ustedes quién era?
Borja- ¡Puaf! Todo el mundo lo sabe.
Mari- ¿Ah sí? Me dejas impresionada.
Borja- ¡Pues claro! Es la hija pequeña de los Picapiedra. Aunque no sabía que de mayor se hubiese dedicado a la publicidad.
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- (Murmura incómoda) Ya molesta un poco, la verdad.
Lolo- No, esa era Pebbles Picapiedra. Este se llamaba Goebbels, un nazi muy famoso experto en propaganda para manipular a las masas. En su principio sexto, el principio de orquestación, se basa este bar con tapa diferente. ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡No me diga!
Lolo- Sí, claro. Se lo repito. ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡No, hombre! No me diga lo otro.
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! ¿No se lo digo entonces?
Mari- (Desquiciada) ¡Por dios, sí! ¡Dígame lo del tal nazi ese! Parece increíble que con las ideas de un tipo así se monte un bar de “tapa diferente” como usted dice.
Borja- ¿Qué quiere decir lo de tapa diferente, que si pedimos un vino no nos van a poner croquetas?
Mari- Ni vino vamos a tomar hasta que no nos entreguen las tarifas.
Borja- Pero yo tengo un lema importante. Y me he traído los ahorros.
Mari- ¡Has perdido la cabeza! ¡Los necesitamos para casarnos!
Borja- Pero después, para vivir con tu madre, tal y como hemos decidido, es muy importante que esto salga bien.
Mari- ¡Miedo me da lo que tienes en la cabeza! ¡Es que no me atrevo ni a preguntar!
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡Por favor, déjelo ya que me va a reventar el cerebro! ¿No puede descansar un poco de la cantinela?
Lolo- Forma parte del trabajo y ya le dije que no le perderé por nada del mundo, ahora que al fin he pillado uno. ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡Pues la que nos espera!
Lolo- El sexto principio de Goebbels, el de orquestación, dice que una mentira repetida suficientemente se convierte en verdad. ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- (Atónita) ¡No puede decirlo en serio! ¡Eso es la chorrada más grande que he oído yo en toda mi vida! Y sepa que mi madre es Juana Barrios, famosa en el vecindario por sus comentarios fuera de lugar. ¿Así que ese fenómeno del mal decía que si se repite una mentira muchas veces se convierte en verdad?
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! Pues eso mismito.
Mari- ¡Sí, ya! Qué se lo digan a mi compañera Marta. Se pasó el año entero repitiendo entre dientes, “Qué no me echen, que no me echen, que no me echen” ¿Y a qué no adivina dónde está ahora?
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley!
Mari- ¡Pues sí! En la calle. No le valió el principio sexto ese.
Borja- ¿Y eso es todo? ¿Hay que repetir la frase muchas veces sin más? ¿Sin drogas ni grabaciones 3D?
Mari- ¿Drogas, grabaciones 3D? ¡Tú has perdido la cabeza!
Borja- Tiene que haber algo más, si no ¿cómo vamos a convencer a tu madre? ¡No lo comprendo!
Mari- Ni yo te comprendo a ti y más me aguanto. Tú no abras el pico, no pidas absolutamente nada hasta que tengamos claras las tarifas.
Borja- ¿Ni un vaso de agua? Me estoy poniendo muy nervioso.
Mari- Ni agua, hasta que todo esto no quede aclarado. Que después te pillan en la letra pequeña y nos quedamos sin pasta.
Lolo- ¡Todos somos iguales ante la ley! Tal vez pueda traerles el vaso de agua.
Mari- ¡Nada de eso! Usted explíquese mejor que yo quiero saber en qué nos estamos metiendo.