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Marte 3003


por Mila Oya



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•Sinopsis
La acción se desarrolla en el Planeta Marte que ha sido colonizado por una compañía terrestre con el fin de modificar la atmósfera marciana para convertirla en respirable para el ser humano utilizando el metabolismo de ciertas bacterias que producen oxígeno. Mientras este lento proceso de terraformación se lleva a cabo, los marcianos habitan en ciudades cubiertas por cúpulas para protegerlos de los rayos cósmicos y de la atmósfera todavía irrespirable. Sin embargo, algunos marcianos hartos de la tiranía que practica la susodicha compañía huyen de las ciudades cupuladas y son infectados por una bacteria de origen desconocido, (aunque se rumorea que proviene de la luna) que sorprendentemente les ayuda a sobrevivir lejos de las ciudades marcianas. Estos infectados son considerados repulsivos mutantes y la compañía marciana ha decidido eliminarlos. Esto provocará la primera guerra marciana contra los mutantes, que se llaman a si mismos Selenitas.

•Personajes:
Selenitas infectados- Estos son marcianos que tras abandonar las ciudades cupuladas de Marte, fueron infectados por una bacteria marciana que les permite respirar y sobrevivir en una atmósfera en pleno proceso de terraformación, con niveles de oxígeno muy bajos. Presentan el rostro y los brazos completamente cubiertos por polvo marciano. El tronco y las piernas van protegidos por ropa.

Nacidos Selenitas- Son los hijos de los anteriores. Nacidos de infectados por la bacteria marciana. Están totalmente recubiertos de polvo marciano. Por lo tanto visten ropajes que simulan el polvo marciano y que les cubre todo el cuerpo. El rostro cubierto de pintura del mismo color y el pelo igualmente tintado.

Lana Sita- Nacida Selenita
Amira- Nacida Selenita
Xon- Nacido Selenita
Canna- Nacida Selenita
Ter- Nacido Selenita, hijo de Onium
Onium- Selenita infectado. Padre de Ter
Tóner- Selenita infectado
Plau- Selenita infectado. Padre de Lana Sita
Nasi- Selenita infectado. Madre de Lana Sita.


Marte 3003
por Mila Oya


Primera escena


Se levanta el telón. Vemos una caverna marciana repleta de piedras rojizas. Tres de estas piedras son: Amira, Xon y Canna que se hallan sentados de tal manera que parecen formar parte del suelo marciano.
Una voz se va aproximando al escenario hasta que aparece el personaje en escena. Es Tóner (Selenita infectado)

Tóner- ¡Por aquí! En esta cueva suele estar Lana Sita con sus camaradas. Seguro que os echan una mano. (Ya en el centro del escenario) ¡Vaya! Parece que Lana Sita no está.

Ninguna de las piedras se mueven aún, pero escuchamos una respuesta procedente de una de ellas.

Amira- Lana Sita está con sus padres.
Xon- Regresará pronto.

Se oye otra voz que se acerca a la cueva pidiendo ayuda.

Ter- ¿Es que nadie me va ayudar? (Al fin aparece en escena cargando con su padre herido)

Amira, Xon y Canna se ponen entonces en pie y acuden a ayudar a Ter y a Onium. Solo Tóner permanece algo alejado y sin colaborar. Conducen al herido al centro de la escena y lo sientan entre las rocas.

Ter- (Angustiado) ¡Tenéis que ayudarme! La herida del pecho es grave. No sé cómo detener la hemorragia.
Onium- ¡Tranquilo, hijo! Ya estamos a salvo. No te inquietes más. (Muy débil)
Amira- (Pregunta a Tóner) ¿Qué os ha sucedido?
Tóner- ¡A mi no me preguntes! Me los he encontrado de camino al poblado de Amos. Buscaban ayuda médica. Los conduje hasta aquí pensando que Lana Sita podría curarlo.

Todos menos Tóner rodean al herido. Ter, su hijo, se deja caer agotado en el suelo.

Xon- Está con Plau y Nasi. No puede tardar.
Canna- Mientras tanto, tal vez nosotros deberíamos intentar cerrar la herida.
Onium- Podemos esperarla. No estoy tan grave. ((Intentado no preocupar a su hijo)
Ter- ¡Padre, no sabes lo que dices! Esos malditos marcianos nos han disparado sin piedad. Afortunadamente sus armas no atraviesan fácilmente nuestro recubrimiento de polvo marciano, pero no tienen tanta suerte los no nacidos selenitas, como mi padre.
Xon- ¿Qué es lo que ha sucedido? ¿Ha habido muchas bajas? ¿Se hallan muy cerca? ¿Ha sido un ataque por sorpresa?
Ter- ¡Nada de por sorpresa! Un grupo de nosotros pretendíamos impedir la apertura de una nueva planta de terraformación. Pensábamos que todavía ningún operario se hallaba en la zona. Solo intentábamos destrozar los robots de construcción. Los muy miserables nos aguardaban ocultos. Tan pronto nos aproximamos comenzaron los disparos. No estábamos preparados para semejante castigo. Enseguida ordenamos la retirada, pero nos persiguieron. ¡Nos dieron caza como a bestias! ¡Solo piensan en aniquilarnos!
Tóner- También vosotros queríais sabotear sus plantas.
Ter- (Furibundo contra Tóner) – Pero tú, ¿de qué lado estás? ¿Del de los selenitas o del de esos asquerosos marcianos?
Tóner- Yo no creo en la violencia. Eso que quede claro.
Ter- (Cada vez más enfadado) ¿Y qué harías tú si disparan a tu padre y lo hieren de muerte? ¿Saludarlos respetuosamente y lanzarles flores marcianas?
Tóner- Reconocerás que es normal que no les haga gracia que ataquéis las plantas de terraformación. Las colonias de bacterias que cultivan para la producción de oxígeno, son demasiado costosas.
Ter- ¡Pero esto es increíble! ¿Qué otra opción tenemos? Como sigan construyendo más plantas y aumenten la cantidad de oxígeno en la atmósfera marciana, moriremos irremisiblemente. ¡Ellos lo saben y no nos ofrecen alternativa alguna! Lo único que les interesa es convertir la atmósfera de Marte en una gemela de la tierra. De este modo, podrán eliminar las cúpulas de las ciudades y los marcianos podrían ocupar todo el territorio de Marte y respirar sin necesidad de trajes espaciales. ¿Qué pasaría entonces con nosotros? La muerte parece ser nuestra única salida.
Onium- Tranquilo, hijo. Nadie va a morir. Al menos, no por el momento.
Ter- ¿De verdad te encuentras bien?
Onium- Esperaré a la llegada de Lana Sita. Es menos arriesgado que dejaos tratar la herida. Espero que no os parezca mal (Le dice a Amira, Xon y Canna)
Canna- Como desees, Onium. De todas formas podemos sentarnos en círculo de solidaridad. Te sentará bien.

Amira, Xon, Canna y Ter se sientan formando un círculo. En su interior instalan a Onium y todos se toman de las manos. Solo Tóner permanece fuera del círculo de solidaridad. Durante unos segundos permanecen en total silencio.

Onium- (Sonriendo a su hijo) Parece que ya me encuentro mejor.
Xon- (A Ter) ¿Os siguieron los marcianos? ¿Están cerca?
Ter- No. Todavía están muy al sur. Hemos caminado cientos de kilómetros para llegar hasta aquí. Y esta estación de tormentas es espantosa. Los diablos de polvo no nos proporcionaron ni un segundo de descanso. ¡La travesía fue terrible! No sé ni cómo hemos conseguido llegar.
Onium- (Sonriendo) Suerte que no estamos en la Tierra. Jamás podrías haberme arrastrado tantos kilómetros con la gravedad terrestre.
Ter- Lo sé, padre, lo sé.
Canna- ¿Y quienes decidieron el ataque a la planta de terraformación?
Ter- En el poblado de Entos nos reunimos en asamblea y acordamos no permitir la instalación de una planta de terraformación tan cercana a nuestro poblado. ¿Es que acaso no sabían que si comenzaba a funcionar moriríamos de inmediato? ¡Ya os lo digo yo! ¡La única intención de la maldita Compañía es eliminarnos! ¡Borrarnos de la faz de Marte!
Xon- ¡Es terrible!
Amira- ¡No podemos permitirlo! ¡Es espantoso!
Canna- ¿Cuántos heridos hay? Tal vez deberíamos bajar hasta el poblado de Entos. Quizá nos necesiten.
Ter- ¡Del poblado de Entos no queda ni rastro! Los que no participaron en el ataque, si no han huido, ya estarán muertos. El grupo se dispersó buscando donde refugiarse. La mayoría habrán puesto rumbo a los poblados del norte. El norte es la única dirección en la que se puede huir. Por el momento.
Xon- ¿Cuándo crees que alcanzarán nuestra zona?
Ter- Lo ignoro. Blai Onix es el representante de la Compañía encargado de la ofensiva y se dice de él que la piedad no forma parte de las virtudes que atesora. Estas son: fiereza, tenacidad y ambición. Hasta que no consiga alcanzar las cotas de poder más altas en la Compañía no descansará un instante. Y el modo de obtenerlas es limpiando Marte de selenitas. Para ellos no somos más que unos asquerosos mutantes que deben desaparecer. Nauseabundos lunáticos, así nos llaman.
Canna- ¡Selenitas! ¡Así nos llamamos nosotros!
Tóner- Siempre queda la posibilidad de regresar a las ciudades cupuladas. (En un hilillo de voz)
Onium- (A pesar de su delicado estado, se vuelve contra Tóner con las pocas fuerzas que le quedan) Eso lo dices tú, porque solo eres un infectado. Es posible que tu organismo, o el mío, consigan revertir el proceso de infección de la bacteria selenita con el tratamiento que dicen poseer los marcianos. Sin embargo, ¿qué sería de mi hijo, Ter, qué sería de los demás nacidos selenitas?
Ter- Pero tu, padre, es posible que te salvaras.
Onium- ¡Olvídalo! Lana Sita vendrá pronto, me curará y de nuevo estaré a tu lado. No debes preocuparte, hijo.
Tóner- (Se sienta algo alejado del círculo de solidaridad y habla entre dientes) Lana Sita. Todos preguntamos siempre por Lana Sita. Algo debería poder hacer por nosotros.
Xon- (A Tóner) Desde luego curará a Onium. No le costará mucho si conseguimos estabilizarlo en el círculo de solidaridad.
Tóner- Curar a la gente no va a ser suficiente.
Amira- ¿Qué quieres decir con eso? Lana Sita solo es una joven como nosotros. ¿Qué podría hacer?
Tóner- Bueno, tanto como “nosotros”.
Xon- No lo será como tu, que no has nacido selenita. Aunque ella fue la primera en nacer, hay pocas diferencias entre nosotros.
Tóner- Eso no es lo que se dice por ahí. Ninguno de los selenitas, nacidos o infectados, lo ven así. Para todos, ella es la primera. La hija de Plau y Nasi, los primeros huidos de la Ciudad de la Triple Cúpula y los que descubrieron que gracias a ser infectados por la bacteria selenita, podían respirar sin necesidad de los trajes espaciales. Ellos fueron el origen de nuestra mutación y todos saben que su hija es especial. Si no fuese así, ¿por qué crees que Ter ha recorrido tantos kilómetros para llegar hasta aquí?
Amira- Es verdad que en la curación ella es superior a todos, pero no sé que más esperáis que haga por vosotros.
Tóner- Podría conducirnos a la paz. A ella la escucharían. La seguirían.
Ter- ¿Hacia la muerte? (Furioso) ¿De verdad crees que los selenitas la seguiríamos sin rechistar hacia la aniquilación de nuestra especie?
Tóner- Deberíamos explorar las posibilidades de negociar.
Xon- ¿Negociar, qué? ¿Una muerte cierta para la mayoría y tu salvación?
Tóner- Tampoco es eso. Seguro que hay otras posibilidades. Solo necesitamos un líder que aglutine las voluntades de todos los selenitas y que llegue a un acuerdo con el tal Blai Onix. Seguro que para Lana Sita no sería tan difícil.

Onium comienza a toser violentamente en el centro del círculo de solidaridad.

Amira- Será mejor que nos concentremos en el círculo de solidaridad. Onium lo necesita.
Ter- (Susurrando inquieto) Padre, aguanta un poco, por favor. Lana Sita no puede tardar mucho.

El grupo guarda silencio y permanece inmóvil concentrados en el círculo de solidaridad. La luz del escenario va cayendo hasta que queda en completa oscuridad. Los actores abandonan la escena, cambiando, de paso, varias piedras de sitio para dar al entorno un aspecto diferente.

Segunda Escena


Se enciende la luz del escenario y vemos a Plau y Nasi, los primeros selenitas infectados, y a Lana Sita, totalmente vestida de color polvo marciano. Esta traslada un gran fardo envuelto en un material blanco y lo instala en un rincón de la nueva cueva en la que se encuentran. El paquete está recubierto en parte por adhesivo.

Plau- Creo que hemos terminado. Este es el último fardo.
Nasi- Bueno, hija, te toca ocultarlo.
Lana Sita- ¡Está bien, mamá!

Lana Sita se instala frente al fardo con los brazos extendidos y con los ojos cerrados, sacude todo su cuerpo, con aparente concentración. Al tiempo, con disimulo, abre las manos y espolvorea la parte del fardo recubierta de adhesivo con el polvo marciano, que quedará adherido cambiando el color claro por el rojizo.
Los padres de Lana Sita la contemplan con evidente orgullo.

Nasi- Nunca dejan de sorprenderme tus habilidades, hija.
Lana Sita- Tampoco es para tanto, mamá. Cualquier nacido selenita podría hacer lo mismo.
Plau- No exactamente y tú lo sabes.
Lana Sita- ¿Tu también, papá, estás con lo mismo? ¡La gran lideresa, Lana Sita! ¡Ya aburre!
Nasi- Pues no debería aburrirte. Es algo muy serio.
Lana Sita- A mi no me lo parece. Todos intentan exagerar mis virtudes. No creo que tenga más cualidades que cualquier otro nacido selenita.
Plau- Sabes que eso no es verdad. Debes reconocer que eres diferente.
Lana Sita- Todos somos diferentes, papá. Está claro que cada uno tenemos nuestras cualidades que a lo mejor no comparten los demás. Eso lo acepto. Pero el hecho de que traten de convertirme en un fenómeno de la naturaleza, solo es un intento desesperado de hallar una salida a esta situación por estrambótica que sea. Desean una salida rápida y sencilla a una situación terriblemente complicada. Los humanos somos así.
Nasi- La gente necesita esperanza. No puedes evitar que la sientan al verte a ti. Eres el primer ser nacido selenita. Todos están acostumbrados a asombrarse por tus virtudes, pues han sido las primeras en manifestarse. Significaban la novedad, la sorpresa y la esperanza de vida. ¡Es muy importante!
Lana Sita- Pues yo ya estoy harta. No quiero que me persigan, que me supliquen ayuda, que me empujen a ponerme al frente del grupo. ¡Solo soy una joven que todavía no ha encontrado su camino! ¡No tienen derecho a disponer de mí para lo que ellos quieran!
Plau- (A Nasi con preocupación) Esto es todo culpa nuestra.
Nasi- No tuvimos otra opción.
Plau- (A su hija) Nos hubiera gustado proporcionarte una vida mejor, igual a la de cualquier otro ser humano que tiene derecho a elegir su futuro, a buscar el lugar que desea ocupar en el mundo, a lo que quiere dedicar su vida. Pero las cosas no han salido como esperábamos.
Nasi- (A su hija) Tú sabes que abandonamos la Ciudad de la Triple Cúpula porque ya no soportábamos la presión intolerable de la Compañía. Les entregamos los mejores años de nuestra vida dedicados a la investigación biogenética y a cambio, cada vez limitaban más nuestros ingresos, mientras aumentaban exponencialmente nuestras horas de trabajo, cancelaban los viajes a la Tierra, nos prohibían mantener relaciones entre nosotros, reunirnos, elevar quejas, opinar sobre las condiciones laborales. El control era férreo e insoportable. La democracia fue sustituida por el poder económico de la Compañía que ordena y manda. Por ello robamos unos trajes espaciales y decidimos huir a la desesperada.
Plau- Lo que quiere decir tu madre es que nos entregamos a una muerte segura. Era mejor así. Cualquier cosa antes de continuar bajo el yugo de la esclavitud a la que nos sometían.
Nasi- Jamás pensamos en sobrevivir. Aquel día en el que no conseguimos robar más dispositivos de respiración exterior, nos sentamos sobre este polvo rojo, nos tomamos de la mano y nos libramos de la escafandra, esperando resignados la muerte.
Lana Sita- Recuerdo la historia, madre. Todos los selenitas la conocen y la repiten hasta la saciedad. Cuando os librasteis de la escafandra, fue cuando descubristeis que estabais infectados por la bacteria selenita.
Nasi- Fue un momento espantoso. Esperábamos un terrible dolor en nuestros pulmones sin oxígeno y sin embargo, solo percibimos como el polvo marciano que pululaba a nuestro alrededor se nos pegaba a la piel del rostro hasta recubrirla por completo.
Plau- Tardamos en percatarnos de que seguíamos respirando sin demasiadas complicaciones. Por ello me atreví a librarme del traje espacial al completo. Nasi- Fue espeluznante la sensación de quemazón que sentimos tanto en el tórax como en el abdomen. Descubrimos de ese modo que solo las extremidades y el rostro podían estar expuestos sin dañarnos.
Lana Sita- Ya conozco la historia al detalle. No sé porque volvéis ahora a ello.
Plau- Es importante que entiendas que tu situación es diferente a la nuestra. Tienes razón al decir que solo eres una niña y que estás en tu derecho de elegir tu propio camino.
Lana Sita- Bueno, papá. Tampoco una niña.
Nasi- Para nosotros siempre serás nuestra niña. Lo más importante de nuestras vidas. Un regalo insólito que jamás imaginamos que podría llegar a existir. Si hubiésemos supuesto que era posible un embarazo en el exterior de las cúpulas marcianas, hubiésemos tomado medidas. Lo sabes, ¿verdad?
Lana Sita- Claro, madre. No te preocupes por ello. Yo no puedo evitar estar contenta porque no lo supieseis. Gracias a ello estoy aquí.
Plau- Debes recordar siempre lo que te acaba de decir tu madre, porque es la verdad. No hay nada más importante en el mundo para nosotros que tu, nuestra hija.
Lana Sita- Lo sé. Pero no veo a dónde queréis ir a parar.
Nasi- Tu sabes, también, que muy pronto la noticia de que la infección con la bacteria selenita nos salvó la vida, corrió como la pólvora por las ciudades cupuladas marcianas. Es verdad que muchos se horrorizaron al conocer la existencia de unos mutantes en Marte. Sin embargo, para otros, una vez que se prohibieron los viajes a la Tierra, nos convertimos en su única esperanza de huir de la esclavitud impuesta por la Compañía. Por ello, muchos marcianos optaron por abandonar la protección de las cúpulas e internarse en este mundo hostil donde la bacteria selenita y las temibles tormentas de polvo campaban a sus anchas.
Plau- Lo que tu madre quiere decirte es que las infecciones en masa tienen mucho que ver con nosotros.
Lana Sita- No lo entiendo. ¡Vosotros no sois los responsables! Cada uno tomó sus propias decisiones. No tiene sentido que ahora os culpen a vosotros. Nasi- No es así, hija. Nadie nos culpa. Somos nosotros los que nos sentimos, de algún modo, responsables de toda esa gente que decidió seguir nuestros pasos.
Plau- Ahora que los conflictos han estallado no podemos olvidar nuestra responsabilidad.
Nasi- Tu y todos los nacidos selenitas no necesitaríais vivir tan al sur. No es preciso que os mantengáis tan cerca de las ciudades y de las plantas de terraformación. La mutación que habéis sufrido os adapta a la perfección a este medio que es tan duro para nosotros. El polvo marciano que recubre la totalidad de vuestros cuerpos os proporciona, a un tiempo, oxígeno para respirar y las proteínas y el agua suficiente para vivir. Si en alguna ocasión utilizáis el aparato digestivo para comer, solo es por capricho.
Plau- Por esto hemos ocultado en estos fardos todos los conocimientos que hemos podido reunir. Hemos robado unidades de información suficientes para que todos los conocimientos humanos se conserven para vosotros. Si llegara a ser preciso abandonar esta zona y avanzar hacia el norte, rompiendo totalmente los lazos con la civilización, en estos fardos hallaréis información muy útil.
Lana Sita- ¿Estáis hablando de abandonarme?
Nasi- Lo hemos preparado todo a conciencia. Es nuestro legado.
Lana Sita- No me habéis contestado. ¿Es que acaso queréis regresar bajo las cúpulas marcianas?
Plau- No. Eso está descartado. Nosotros no volveremos. Nunca te abandonaríamos por decisión propia. Pero aquellos que desean regresar, necesitarán la vacuna que revierte la infección. Podemos ayudarlos a negociar, sin olvidarnos de los que deseamos permanecer en el exterior de las cúpulas. Lucharemos para que se nos reconozca el derecho a la vida, como lo tiene cualquier ciudadano, o lo tenía antes de que la poderosa corporación que nos domina, suspendiese la democracia y los derechos humanos. Antes de que el poder económico se impusiera a todos los demás poderes democráticos.
Lana Sita- O sea, que me dejáis. (Con gran emoción)
Nasi- No es definitivo. Debes comprendernos. Bajaremos hacia el sur y apoyaremos a los que reclaman su derecho a la vida, dentro y fuera de las cúpulas.
Lana Sita- ¡Pero es absurdo! ¡Jamás consentirán detener el proceso de terraformación! La Compañía necesita un planeta completo con atmósfera terrestre. Así se encontrarán ante una riqueza inusitada. Un terreno virgen para explotarlo a su antojo sin necesidad de costosos trajes espaciales. No renunciarán ni a un metro cuadrado de Marte.
Plau- Si no planteamos nuestras protestas nunca estaremos del todo seguros. Es necesario que presionemos en esa dirección. Tal vez dentro de las cúpulas existan ciudadanos que quieran apoyarnos. Todavía tiene que haber marcianos dispuestos a luchar contra la injusticia y la esclavitud a la que nos someten. Tienen que existir todavía marcianos comprometidos con los derechos humanos.
Lana Sita- Si vais a ir hacia el sur, yo puedo acompañaros. ¿No decís que tengo poderes sobrehumanos? Tal vez me servirían para presionar y obligarles a respetarnos.
Nasi- Tu misma has dicho que aún no sabes cuál debe ser tu camino. El nuestro está claro. Bajaremos al sur.
Plau- Tú debes volver con tus compañeros. Si tenemos suerte, pronto nos volveremos a abrazar. Conseguiremos la vacuna para los que quieren revertir la infección y regresaremos con un estatuto que delimite la zona marciana en la que los selenitas puedan ejercer su derecho a vivir libremente, como debería poder hacerlo cualquier humano.
Nasi- Pero si las cosas se ponen feas, debes recoger estos fardos y dirigir a los selenitas lo más al norte que sea posible. Todavía queda mucho tiempo para que la totalidad del planeta sea respirable por el común de los homo sapiens. Disponéis de bastantes años si os alejáis lo suficiente de las ciudades marcianas.
Lana Sita- ¡No podéis estar hablando en serio! ¡No podéis dejarme sola! ¡No es justo!
Plau- Debes comprender que cado uno tiene un camino que debe seguir. Tú ya no nos necesitas para vivir. Puedes emprender tu propia senda.
Lana Sita- ¿Es mi propia senda ponerme al frente de un grupo y liderarlo, quiera o no quiera? ¡Y sin vosotros! ¡No es justo!
Nasi- Las cosas no tienen por qué salir de ese modo. Si conseguimos un acuerdo o algún tipo de respeto por nuestra existencia, volveremos y ni siquiera necesitarás utilizar estos fardos. Debes tener confianza.
Lana Sita- (Resignada) ¿Así que ya lo habéis decidido?
Plau- Sí. Buscaremos al grupo más cercano a la ciudad de la Triple Cúpula e intentaremos entrevistarnos con Blai Onix. Dicen que es el responsable que la Compañía ha nombrado para este conflicto.
Nasi- Debes tener esperanza. Es posible que lleguemos a un acuerdo.
Lana Sita- ¿No hay otro camino?
Plau- Hemos meditado mucho sobre todo esto. Imaginarás que no te dejaríamos si hubiese otra alternativa.
Nasi- Ten confianza hija. Me da el corazón de que regresaremos pronto con buenas noticias para todos.
Plau- Abraza a tu padre y contén las lágrimas. Es una pérdida de agua que no debes permitirte.

Lana Sita se seca las lágrimas y abraza a sus padres rota por la emoción.

Nasi- Cuídate mucho, hija. Ten cuidado. ¡Estoy segura de que volveremos pronto!
Plau- Recuerda cuánto te queremos y lo orgullosos que estamos de nuestra hija.
Lana Sita- Lo sé. Yo también estoy muy orgullosa de vosotros. (Con voz entrecortada por la emoción)
Plau- (A Nasi que sigue abrazada a su hija) Debemos marcharnos ya.

Nasi por fin se separa de Lana Sita, destrozada por el dolor. Lana Sita observa como sus padres se alejan, salen de la escena, dejándola sola y profundamente apenada.
Una vez que los padres se han marchado, ella contempla la cueva, los fardos ocultos y al fin decide también regresar con sus amigos. Sale de escena. La luz se apaga.

Escena cuarta


Se hace la luz en el escenario y volvemos a ver la cueva donde Amira, Xon, Canna y Ter ha formado un círculo de solidaridad en cuyo centro se halla el herido, Onium. Tóner está sentado sobre una piedra apartado del grupo. El silencio es total. Hasta que Lana Sita entra en escena. Como los demás están concentrados en el círculo de solidaridad, es Tóner el primero en percatarse de la presencia de la mujer.

Tóner- ¡Lana Sita! ¡Está aquí! ¡Ya ha llegado! (Exclama corriendo hacia ella)
Lana Sita- ¿Qué está ocurriendo aquí?

Los reunidos en círculo de solidaridad abren los ojos y miran esperanzados a la recién llegada. Sin romper el círculo Canna se dirige a ella.

Canna- ¡Por fin has llegado! Te necesitamos urgentemente.
Lana Sita- (Contemplando al selenita sentado en el centro del Círculo) ¿Está herido? ¿Qué le ha ocurrido?
Ter- (Desde el círculo) Es mi padre. Está muy grave. Necesita de ti. Le han herido en el tórax. Tiene mala pinta. ¡Esos malditos marcianos!
Lana Sita- (Perpleja) ¿Los marcianos? ¿Han atacado? ¿Cómo es posible? ¿Dónde ha sido?
Amira- Será mejor que dejemos las explicaciones para luego. Onium está mal. Requiere de tu intervención de inmediato. Hemos conseguido estabilizarlo gracias al Círculo de Solidaridad pero no es suficiente.

Lana Sita avanza hacia Onium. Se introduce en el círculo y le abre la ropa a la altura del tórax para contemplar la herida.

Lana Sita- Es verdad. No tiene buen cariz.
Ter- ¿Podrás ayudarlo? ¿Podrás salvarlo?
Tóner- (Alejado del grupo) ¡Por supuesto! ¡Es Lana Sita!
Lana Sita- (Mira a Tóner molesta y se vuelve hacia Ter) Haré todo lo que esté en mi mano. Es importante que guardéis silencio y permanezcáis concentrados en el Círculo de Solidaridad. Yo espolvorearé tierra marciana sobre la herida. Le dolerá mucho. Prepárese (A Onium)
Onium- (Apretando los dientes) Estoy preparado.
Ter- ¡No lo soportará! ¡Él no ha nacido selenita! (Grita asustado) ¡Morirá!
Xon- ¡Tranquilízate! No le pasará nada. El polvo marciano que manipula Lana no resulta igual de peligroso que el que nos rodea. Proviene de su propio organismo. Por ello tiene otras propiedades que no dañan la piel de los selenitas infectados.
Tóner- ¡No te inquietes! Seguro que ha hecho esto un millón de veces. ¡Es fantástico! (Se sienta emocionado como si fuese a presenciar un espectáculo divertido)
Lana Sita- (Contempla a Tóner malhumorada) ¡Necesito silencio, por favor!
Ter- Tranquilo, hijo. Todo irá bien. Tengo total confianza en las artes de Lana Sita. (A ella) Adelante, cuando quieras. ¡Estoy listo!
Lana sita- (Al resto del grupo) Recuperad la concentración y el silencio (Mirando a Tóner) Yo me encargaré de la herida.

Lana Sita extiende los brazos sobre el enfermo y de sus manos brota gran cantidad de polvo marciano que cae sobre la herida del hombre. Este gime intentando controlar el dolor. Se estremece. Casi se convulsiona antes de relajarse. Cuando al fin lo hace, suspira hondo. Lana Sita retrocede y se sienta extenuada entre Ter y Canna en el Círculo de Solidaridad.

Tóner- ¿Ya se encuentra mejor? ¿Ya está curado? ¡Ha sido fantástico! Era una herida terrible. No pensé que fuese a sobrevivir. ¡Era verdad lo que había oído! Si no lo veo no lo creo. ¡Es un verdadero prodigio!

Lana Sita abre los ojos y dedica una mirada iracunda a Tóner.

Xon- ¡Estamos intentando mantener la concentración!
Ter- ¡Cállate ya! (Furioso) ¡Estamos tratando de salvar la vida de mi padre!
Onium- (Sonriendo por primera vez) ¡Tranquilo, hijo! Ya estoy mucho mejor. Ha sido doloroso, pero ahora siento como si la herida se estuviese cerrando. Es realmente increíble. ¡Muchísimas gracias! Es cierto todo lo que dicen sobre ti. (A Lana Sita)
Lana Sita- No creas todo lo que oyes. Tu herida era grave, pero tampoco mortal. No podría haberte salvado la vida de otra manera.
Onium- ¡Había perdido tanta sangre que no pensaba que resistiría!
Lana Sita- Estarás débil, durante bastante tiempo. No cantes victoria tan pronto. Te costará recuperarte por completo.
Ter- (Emocionado) ¡Padre, no digas eso! Soy yo el que no habría resistido tu muerte. ¡Esos miserables marcianos!
Lana Sita- ¿Os han atacado? ¿Cómo es posible?
Canna-Ha sido como respuesta a una operación de sabotaje que la comunidad de Entos llevó a cabo en una planta de terraformación.
Lana Sita-(A Ter) ¿La habéis atacado?
Ter- Decidimos en asamblea inutilizarla. No podíamos tolerar que entrara en funcionamientos. ¡Nos hubiese matado a todos!
Tóner- Pues no habéis conseguido nada más que muerte.
Lana Sita- ¿Han cargado contra vosotros?
Ter- Nos esperaban y nos persiguieron como a bestias. Fue una verdadera cacería. No queda ni rastro de la comunidad de Entos. Los que no han muerto o están heridos o han huido hacia el norte.

Lana Sita abandona el círculo de solidaridad estrujándose los dedos nerviosa

Lana Sita- ¡No puede ser! Mis padres han partido hacia el sur hace nada. Debería salir en su busca. ¡Tengo que detenerlos! (Se dispone a salir de la cueva. Canna se levanta rápidamente y la detiene)
Canna- ¡No vayas! ¿Te has vuelto loca? Te matarán. ¿No has oído como están las cosas? Blai Onix está dispuesto a alcanzar las mayores cotas de poder en la Compañía marciana a costa de aniquilar a los nuestros.
Lana Sita- ¡No puedo dejar solos a mis padres!
Xon- (También abandonando el círculo de Solidaridad) Canna tiene razón. Es una locura. Tus padres saben bien lo que hacen.

Ter se incorpora y acude a atender a su padre que permanece tumbado, aunque algo menos inquieto.

Amira- (También se acerca a Lana ) ¡No vayas! ¡Es muy peligroso y ellos no lo querrían! Por ello se marcharon sin ti.
Tóner- ¡Claro! Tu obligación es reunir a los selenitas que quedamos con vida y negociar con Blai Onix la paz. Podíamos regresar a la ciudad bajo las cúpulas y terminar con esta locura.
Lana Sita- ¿Obligación? ¿Quién dice que yo tengo obligaciones con los selenitas?
Tóner- Es obvio, ¿no? Acabamos de comprobar que las cualidades que dicen que posees son ciertas. Debes ayudar a los tuyos. Es tu responsabilidad.
Lana Sita- (Mira a sus compañeros indignada) ¿También vosotros pensáis que estoy obligada a algo semejante?
Xon- ¿Negociar con Blai Onix? Me da asco solo de pensarlo. (Enfrentándose a Tóner) Nada hay que negociar. Si deseas regresar bajo las cúpulas, ese es el camino (Señala la salida de la cueva) ¡Lárgate y pide cuartelillo! Seguro que están encantados de recibir a un medio selenita renegado.
Tóner- No es tan fácil. Necesitamos de ese tratamiento para revertir la infección de la bacteria y sacudirnos este maldito polvo que nos recubre. Deberíamos convencerlos para que nos lo proporcionen.
Amira- ¡Yo no puedo ni quiero sacudirme el polvo marciano! Somos selenitas. Hemos nacido así. ¿Por qué deberíamos renegar de lo que somos?
Tóner- ¿Porque los marcianos nos quieren matar? ¿Porque ya no parecemos humanos? Son dos motivos de peso, me parece a mí.
Lana Sita- Un poco de polvo sobre el cuerpo no impide que seamos humanos. Eso es una estupidez.
Tóner- No es lo que piensan los marcianos. La repugnancia que despertamos entre ellos se debe a nuestra mutación genética.
Lana Sita- ¡Menuda una novedad! ¡Humanos rechazando a los diferentes!
Canna- Yo creo que deberíamos huir al norte. Ha llegado el momento de alejarnos definitivamente de la zona marciana. Podemos vivir sin su tecnología, estamos perfectamente adaptados al medio.
Tóner- ¡De ninguna manera! ¡El norte! ¡Es una locura! No pienso abandonar la civilización para vivir como una bestia. Eso está bien para vosotros, los nacidos selenitas.
Onium- (A su hijo) A mi me parece una idea muy atinada. Deberíais partir cuanto antes. Marte es grande. Tardarán todavía muchos años en proporcionarle al planeta una atmósfera como la terrestre. Aún tendrán que crear muchas plantas de terraformación. El calentamiento global que están buscando no llega de un día para otro. Viviríais sin muchos sobresaltos lo más al norte posible.
Ter- Pero, padre, tú no soportarías la vida lejos de los marcianos. ¿Dónde conseguiríamos alimentos para ti? ¿A quién íbamos a robárselos? Vuestro aparato digestivo requiere de ingesta diaria de proteína. Es imposible conseguirla lejos de las cúpulas. ¡No pienso dejarte y menos ahora!
Lana Sita- Nasi y Plau son conscientes de ese problema y se sienten responsables de la suerte de los selenitas infectados.
Tóner- La mala suerte diría yo.
Xon- ¿Mala suerte, dices? Te recuerdo que si abandonaste la protección de las cúpulas marcianas, fue por tu propia decisión. Nadie te obligó a ello. Tóner- Yo no diría tanto. No me quedó otro remedio. Ningún ser humano se convierte en un monstruo por gusto.
Amina- (Se incorpora furiosa para enfrentarse a Tóner) ¿Cómo te atreves a llamarnos monstruos? ¿Por qué? ¿Solo porque el polvo marciano recubre nuestro cuerpo? ¿Acaso no importa que pensemos, sintamos y suframos como cualquier ser humano del universo?
Tóner- Vivimos como bestias de la rapiña, en terribles poblados de cuevas, como los primeros homo sapiens allá en la lejana Tierra. Es como si hubiésemos retrocedido millones de años. ¡Representamos la decadencia de la especie!
Xon- (También abandona el círculo indignado) ¡Eres un miserable! Si tanto nos odias, ¿qué haces aquí con nosotros? ¡Regresa con los tuyos y únete a la cacería que tienen preparada contra los selenitas!
Tóner- No dudes de que lo haría, si me garantizaran la vacuna que revierte la infección selenita. Pero las cosas no son tan fáciles. Además de mutantes nos consideran traidores a Marte y ladrones impenitentes. No va a ser sencillo convencerles de que tenemos derecho a una oportunidad.
Ter- (También enfadado) A ti es al que consideran traidor. No olvides que si decidiste abandonar la protección de las cúpulas fue porque te habían condenado a varios años de reclusión por falsear los datos de promoción interna. Tenías muchas ganas de medrar, de alcanzar puestos más importantes y no te detuviste ante nada.
Tóner- Eso no tiene relevancia. La cuestión es que si no hubiese sido por la experiencia de Nasi y Plau que todo el mundo conocía ya en Marte, jamás me hubiese atrevido a rebelarme. Hubiese permanecido en el interior de la cúpula y hubiese cumplido mi pena. Tal vez ahora ya estuviese libre, llevando una vida decente, de gente normal.
Xon- ¡Gente normal y decente! ¡Será miserable!
Tóner- ¡Ya estoy harto de insultos! ¡Gente decente, sí! ¡Eso es lo que he dicho y lo que creo! Esta vida que llevamos no lo es.
Amira- Tu no llevarás jamás una vida “decente” como tú la llamas. ¡Eres un ….!
Lana Sita- ¡Ya es suficiente! ¡Dejémonos de disputas! No tienen ningún sentido. Es verdad que muchas personas se dejaron influir por la situación de mis padres. Cuando descubrieron que ellos habían sobrevivido lejos de las cúpulas, vieron una salida, la única, una vez prohibidos los viajes a la Tierra. Por eso no lo pensaron demasiado y se dejaron infectar por la bacteria selenita. Por desgracia la solución no trajo más que problemas. (A Tóner) Nasi y Plau siempre han asumido sus responsabilidades, por ello se encaminan al sur. Ayudarán a los infectados que deseen regresar a conseguir la vacuna e intentarán negociar un estatus favorable para el resto. Cuantos más se unan a ellos, más fuerza tendrán en la negociación.
Tóner- (En pie y desbordante de alegría) ¡Al fin! ¡Eso es justo lo que necesitábamos. Una oportunidad para huir de este infierno. Me pondré en marcha cuanto antes. Espero llegar a tiempo.
Ter- (A Lana Sita) ¿Crees que lo conseguirán? ¿Blai Onix será compasivo y les permitirá regresar? ¿Les proporcionará la vacuna sin dar nada a cambio? ¿Respetará la vida de los que opten por permanecer lejos de las cúpulas?
Lana Sita- Eso no lo sabemos, pero mis padres viajan al sur con ese fin. ¡Ojalá tengan suerte!
Canna- ¡Menos mal! Creo que ese es el camino, Lana, la negociación. La violencia solo nos llevará a la extinción. No tenemos medios, somos pocos. Solo la paz nos proporcionará una oportunidad.
Amira- Yo no lo veo tan claro. O peleamos o nos aniquilarán.
Xon- Nos odian demasiado.
Tóner- No tiene sentido seguir dándole vueltas al asunto. Vosotros podéis largaros al norte, alejaros lo máximo posible y seguir viviendo como seres primitivos. Nosotros, los infectados, tenemos una oportunidad y por lo que a mí respecta pienso aprovecharla. El que quiera que se venga conmigo. A los demás…. Pues que os vaya bien.
Ter- Padre, creo que debes regresar con Tóner. Todavía estás débil. No sobrevivirás si seguimos juntos.


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Marte 3003 Por Mila Oya


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